Kobido es diferente a cualquier tipo de masaje facial, trabajando, además de la superficie de la piel, la musculatura subcutánea, mejorando así el transporte de linfa y sangre, eliminando toxinas, oxigenando tejidos y estimulando la creación de colágeno y elastina, responsables de la calidad de la piel. Podría definirse al masaje Kobido como un lifting facial japonés. Sin cirugías y muy, muy relajante, combate el envejecimiento facial de forma natural.
El Kobido fue el arte japonés de la belleza hasta que, en el año 1472, por orden de la emperatriz, quedó reservado exclusivamente para el uso de la alta sociedad japonesa, dejándose de practica por el resto de la sociedad.
En 1984, el Dr. Shogo Mochizuki , heredero de esta tradición, se trasladó a EEUU y comenzó a difundir este arte.
Kobido es diferente a cualquier tipo de masaje facial, trabajando, además de la superficie de la piel, la musculatura subcutánea, mejorando así el transporte de linfa y sangre, eliminando toxinas, oxigenando tejidos y estimulando la creación de colágeno y elastina, responsables de la calidad de la piel.
El Kobido se realiza en cara y cuello, y está basado en movimientos rápidos de percusión, amasamiento y arrastres, combinados con manipulaciones suaves y profundas.
De esta manera con el masaje Kobido se consigue:
– Regenerar la piel.
– Prevenir sintomas de envejecimiento.
– Atenuar arrugas y manchas.
– Reducir líneas de expresión y flaccidez.
– Eliminar células muertas.
– Liberar tensión en músculos faciales y de cuello.
– Mejorar la circulación.
Además de todo esto, el masaje Kobido crea una sensación de bienestar y despeje mental que actúa positivamente en el estado de ánimo, que se refleja en la piel.
Piel brillante, luminosa y fresca en un rostro sereno y radiante, con resultados desde la primera sesión.
El número de sesiones idoneas varía dependiendo del tipo de piel a tratar.
Una persona joven, con pocas arrugas, comenzaría con un periodo inicial de una vez por semana los primeros meses, y un mantenimiento posterior de una sesión o dos al mes dependiendo el caso.
Una persona de mayor edad y, por lo tanto, con señales mas pronunciadas, lo conveniente sería dos sesiones semanales inicialmente y seguir con un mantenimiento cada diez o quince dias según el caso.
Los tratamientos se realizan:
– En camilla.
– Con gorro protector del cabello.
– Con los hombros y clavículas al descubierto.
Se utilizan cremas neutras, de calidad, y en bastante cantidad.
En los casos de pacientes que sufran algún problema en la piel, se recomienda emplear para el masaje la misma crema que ellos utilicen habitualmente.
Juan Carlos Miró Iniesta (Centro Espliego)