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El invierno en el rostro: piel y antiaging

La respuesta cutánea a las bajas temperaturas incluye cambios fisiológicos vinculados con la termo regulación, que produce la típica palidez invernal. Frente al descenso de temperatura, la composición de las grasas epidérmicas se modifica, lo que torna una piel más seca.
Aunque en verano, el sol intenso suele tener en jaque a la piel de todo el cuerpo, el invierno no es más benévolo: provoca un daño en el rostro que es necesario prevenir. Los cambios bruscos de temperatura, el viento, la lluvia y salir de un ambiente calefaccionado al frío de la calle, sensibiliza la zona aún más.

Sequedad y deshidratación

“La respuesta de la piel a las bajas temperaturas incluye cambios fisiológicos vinculados con la termo regulación, como la vasoconstricción de los capilares sanguíneos dérmicos, que produce la típica palidez invernal -explica la doctora Adriana Raimondi, dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, directora de D&ME-. Como la epidermis funciona como la protección más externa del piel frente al medioambiente, tiene, entre sus funciones, la de fabricar factores de humectación, como ácidos grasos, entre otros, cuyo objetivo es protegerla de las agresiones ambientales”.

Según Raimondi, frente al descenso de temperatura, la composición de las grasas epidérmicas se modifica, lo que torna una piel más seca. A esto se suma la deshidratación vinculada al viento y a la baja humedad y a los ambientes calefaccionados”. Hay que tener en cuenta que existen áreas especiales, como los labios que, al poseer menor cantidad de glándulas sebáceas, se deshidratan con mayor rapidez.

A todo esto, se agrega el accionar de los radicales libres, los máximos responsables del envejecimiento cutáneo. “Los radicales libres son partículas que se generan por el metabolismo normal del oxígeno, que se utiliza diariamente en todas las funciones del organismo, y también de la piel -argumenta la doctora Rita García Díaz, dermatóloga, asesora científica de Bagóvit-. ¿Cuál es el mayor inductor de la producción de radicales libres? La luz solar. Por eso debe utilizarse, diariamente, un protector que contenga, además, antioxidantes”.

Cómo proteger la piel

INVIERNO

En esta época, “es fundamental renovar la piel deteriorada con exfoliantes, que pueden ser ácidos (glicólico, mandélico y salicílico) que se usan en distintas graduaciones, ya que trabajan sobre las capas inferiores, renovando la piel en profundidad y atenuando las arrugas superficiales -dice García Díaz-. Se recomiendan una vez por semana para pieles normales y dos, en las grasas”.

Después de la rutina diaria de limpieza, que consiste en la eliminación del maquillaje y de las células muertas, tanto a la mañana como a la noche, es necesario hidratar, aplicar filtro solar y la hidratante -ejemplifica la doctora Vanina De Marco, dermatóloga, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología, directora del centro ND Skin-. Es indispensable hidratar la piel porque las cremas y las mascarillas permiten combatir los efectos deshidratantes del invierno. Las pieles resecas o las que presentan signos de envejecimiento, son las que más sufren”.

El uso de protector solar también es esencial. “Es muy importante usarlo todos los días, aunque los rayos del sol tengan menor intensidad en esta época -alerta De Marco-. Se recomienda FPS 15, pero si la paciente se hizo algún tratamiento invernal, la protección deberá ser mayor”. Como las cremas deben cumplir la función de barrera (evitar la pérdida de agua), son especialmente aconsejadas los productos con siliconas, ácido hialurónico, urea, vitaminas, ginseng y aloe vera.

“El ácido hialurónico (AH), retiene gran cantidad de agua, por eso resulta un excelente hidratante. La urea, en cambio, reduce los efectos nocivos de los radicales libres -aclaran las especialistas-. Las vitaminas E y C, son antioxidantes, y el aloe vera previene la aparición de arrugas. Y el ginseng, por último, reduce la sequedad y los signos de piel cansada”.

El cuidado de los párpados merece un párrafo aparte. “Hay que realizar la limpieza con un producto específico para el contorno de ojos y luego aplicar un descongestivo, en caso de ser necesario. Por último, humectar, hidratar y aplicar protector solar indicado para esa zona, ya que los párpados tienen una piel muy delgada y sensible, por eso se deshidrata con más facilidad”, comenta De Marco. Para hidratar los labios, la manteca de karité y el cacao se utilizan para la resequedad excesiva por el frío. Pero también se puede aplicar base de lápiz labial y las barras protectoras con protección solar, sobre todo las que tienen vitaminas”.

Para proteger aún más la piel del rostro, De Marco aconseja evitar los cambios bruscos de temperatura. No ducharse con agua demasiado caliente ya que reseca la piel y puede provocar sensibilidad. Lo ideal es terminar la ducha con un shock de agua fría en las piernas, para activar la circulación. Colocar humidificadores cerca de la calefacción para que aporte humedad al ambiente. Hay que cuidar la piel en invierno para prepararla para el verano.