Técnica para equiparar el color de las cicatrices y el tono natural de la piel, la aplicación de pigmentos específicos en forma higiénica, inocua e indolora resulta una solución rápida y efectiva para quienes deseen eliminar defectos propios de la edad o tras una cirugía.
La dermopigmentación es la aplicación de pigmentos específicos en la epidermis y dermis superficial en forma higiénica, inocua e indolora. Es otra manera de denominar a la micropigmentación. Ambas técnicas son idénticas y la profundidad a la que se aplican los pigmentos es la misma.
Quienes deciden realizar este tipo de tratamientos buscan una solución rápida y efectiva para eliminar defectos propios de la edad o tras una cirugía.
En muchos casos, la dermopigmentación se utiliza como parte de una cirugía reparadora mayor, para ayudar a desaparecer cicatrices y manchas que la intervención haya dejado (liftings, cirugías mamarias, etc.).
Los pigmentos se aplican para equiparar el color de las cicatrices y el tono natural de la piel.
También es frecuente en el tratamiento de alopecías localizadas o para recuperar las cejas perdidas o ausentes, ya que se utilizan pigmentos que igualan el color del cabello.
Este trabajo es sumamente detallista y debe realizarse por profesionales especializados.
Además, puede realizarse con fines puramente estéticos, para mejorar la apariencia de labios y ojos en mujeres que, por razones médicas como alergia al maquillaje, disminución visual o de las habilidades motoras, la persona no puede maquillarse por sí misma. O, simplemente, debido a la falta de tiempo para hacerlo o porque no se desea practicar el maquillado diario.
Al igual que los tatuajes, la dermopigmentación se realiza con un dermógrafo con microagujas descartables.
El primer paso es la limpieza de la zona en donde se aplicará el color. Luego. la aplicación de anestesia local para evitar dolores y molestias.
Las microagujas colocan un pigmento en la capa superior de la piel.
El maquillaje permanente no se va con el agua ni con la transpiración y resulta una solución estética eficaz e inalterable.
Después de la aplicación se pasará por un proceso de cicatrización. El color que se ve tras del tratamiento no será el final, por lo que no debe generar preocupación en caso de notarse demasiada pigmentación.
Tres semanas después, pasadas la inflamación inicial y la cicatrización, se observará el tono definitivo.
La técnica de dermopigmentación no es un maquillaje “para siempre”. Las facciones cambian y el maquillaje debe adaptarse a ellas.
A medida que se envejece, el contorno de ojos, boca y las líneas del rostro van adquiriendo nuevas formas, por lo que es necesario que el maquillaje pueda retocarse cada cierto tiempo.
Al producirse en una capa superficial de la piel, la dermopigmentación puede durar entre tres y siete años, dependiendo de las características personales de cada paciente.
Isabel M. Quesada.
Cosmetóloga, cosmiatra y esteticista integral.