Profesional, ambiente y aparatología pulcros y desinfectados no sólo dan una buena imagen, sino que ofrecen una garantía de calidad y seguridad en la atención al paciente. Aspectos que, en estos tiempos de pandemia, los clientes les darán aún una mayor importancia. Los gabinetes de belleza deben ser lugares impecables, limpios y ordenados. Profesional, ambiente y aparatología pulcros y desinfectados no sólo dan una buena imagen, sino que ofrecen una garantía de calidad y seguridad en la atención al paciente. Aspectos que, en estos tiempos de pandemia, los clientes les darán aún una mayor importancia.
Aunque veamos que todo está limpio, puede que no sea tan así, puesto que los microorganismos son enemigos invisibles que escapan a nuestra percepción.
Principios de bioseguridad
Al respecto, las normas de bioseguridad cuentan con los siguientes principios:
1) Principio universal. Todo paciente y sus fluidos corporales deben ser considerados especialmente infectantes, debiéndose tomar todas las precauciones necesarias para prevenir que ocurra transmisión.
2) Principio de uso de barreras. Evitar la exposición directa a todo tipo de muestras potencialmente contaminantes mediante la utilización de materiales o barreras adecuadas que se interpongan al contacto y minimicen accidentes.
3) Principio de manejo de residuos. Se trata de un conjunto de dispositivos y procedimientos mediante los cuales se procesan y eliminan muestras biológicas sin riesgo para los operadores y la comunidad en general.
Teniendo en cuenta estos principios, deben tomarse medidas para impedir el contagio entre los distintos actores intervinientes: profesionales, clientes y ambiente laboral.
1) Profesional. Se recomienda el cabello recogido y limpio; sin bijou; uñas cortas, limpias y libres de esmalte; maquillaje discreto y uniforme limpio. Aunque parezcan evidentes, estas recomendaciones no siempre son cumplidas por todos los profesionales.
2) Ambiente. Debe contar con espacio suficiente para la comodidad de profesionales y clientes, y mantenerse siempre ordenado y limpio. Esto incluye tanto a las diferentes dependencias (recepción, gabinetes, baño) como al mobiliario, la aparatología y los elementos y utensillos de trabajo.
3) Cliente. Debe encontrarse en excelentes condiciones de salud e higiene.
Vías de contagio
Las vías de contagio de los microorganismos patógenos son múltiples. En el caso de la estética profesional, las más comunes son a través de:
– La sangre: al quitar un comedón en estado de pápula o pústula, por ejemplo.
– Los fluidos universales: corporales, excreciones y secreciones, directamente por contacto.
– El instrumental utilizado en las tareas habituales.
Barreras de protección personal
Dentro de los elementos de protección personal tenemos: guantes, barbijos/cubrebocas, cofias, camisolín, uniforme y zapatos cerrados. Estos elementos deben ser usados como barrera, tanto para proteger al profesional como al paciente.
Guantes
El uso de guantes es la primera barrera, pero existen condiciones a cumplir para evitar accidentes. Para ello, debe tenerse en cuenta:
– Tamaños: es importante que sean de la talla adecuada para permitir facilidad de maniobra.
– Tipos: hay de latex, nitrilo, vinilo, neoprene y con y sin talco.
– Usos: deben ser reemplazados entre un cliente y otro. No sustituyen el lavado de manos, por lo que después de retirados es necesario volver a lavárselas. Además, se debe contemplar que en ocasiones los guantes pueden sufrir microperforaciones como consecuencia del uso de equipos o instrumental.
– Precauciones: los guantes de vinilo tienen la ventaja de provocar muchas menos reacciones alérgicas que los de látex, capaces de producir desde alergias a edema de glotis.
– Maniobrabilidad: si bien los de vinilo ofrecen una gran elasticidad permitiendo mayor maniobrabilidad, no son muy resistentes a los pinchazos. Por lo tanto, no se recomienda su uso cuando se trabaje con técnicas invasivas.
– COVID-19: la protección contra el Corona Virus no pasa por el tipo de guantes elegido, sino por las buenas prácticas que se realicen con ellos. Es decir: uso correcto, tamaño adecuado y lavado de manos antes y después de utilizarlos.
Higiene de manos
Otra de las barreras de protección para evitar contagios es el lavado de manos, el método más eficaz y sencillo para la prevención y el control de infecciones.
¿Por qué es importante? Porque son el medio de contacto con el ambiente, los seres vivos y los objetos. A través de ellas no sólo percibimos nuestro alrededor y nuestro cuerpo, también llevamos adelante las funciones fisiológicas necesarias para la vida. Sin olvidar que en esta profesión, las manos son la principal herramienta de trabajo que tenemos.
¿Cuándo hacerlo? Todas las veces que se considere necesario. Obviamente, siempre que estén sucias o se sospeche que podrían estarlo. Básicamente, en los siguientes casos puntuales:
– Al llegar al gabinete.
– Después de ir al baño.
– Antes y después de comer.
– Después de toser, estornudar, tocarse la cara o arreglarse el cabello.
– Después de limpiar el gabinete.
– Antes y después de colocarse guantes, entre pacientes.
– Haber tocado material sucio o contaminado.
– Después de manipular dinero o el teléfono.
¿Cómo lavarlas? Con agua, mejor si es tibia, y jabón líquido, no en pan. Para el secado es más conveniente usar toallas de papel, ya que las de tela conservan la humedad y favorecen el desarrollo de microorganismos.
Para que el lavado sea más efectivo, debe realizarse libres de objetos (anillos, pulseras, relojes, etc.), con mucha espuma y por un tiempo prudencial de al menos un minuto de fricción, cubriendo la superficie total de las manos (dorso y palma) y llegando hasta el codo. Luego, enjuagar con abundante agua segura.
Si no se cuenta con una fuente segura de agua y jabón, se recomienda la sanitización con solución hidroalcoholica o alcohol en gel.
Barbijos y tapabocas
La siguiente barrera de protección es el uso de barbijo, tapabocas, mascarilla y careta. Estos elementos son de uso obligatorio en gabinete antes de la pandemia, por lo que su correcto empleo ya es harto conocido por los profesionales de la estética.
Son barreras que impiden que las microgotas de saliva o de fluye (donde viajan los microorganismos que pueden provocar enfermedades) no sean proyectadas sobre la superficie corporal de la persona que tenemos delante. Obviamente, esto aplica a ambos sujetos.
El tipo de barbijo quedará a criterio de cada profesional. Su uso debe ser el correcto y con los cambios correspondientes.
En tiempos de pandemia podemos agregar la máscara/careta transparente de protección facial. Sin embargo, al momento del servicio estético, una reducción en las conversaciones y un mayor cuidado en el trato con el paciente disminuirá notablemente cualquier posible contaminación.
Estas son algunas de las recomendaciones de seguridad biológica a tener en cuenta en un gabinete, consultorio o centro de estética.
En próximos artículos continuaremos el debate sobre esta interesante temática, devenida en fundamental debido a la pandemia que padece el mundo entero.
Lic. Natalia E. Maciel
Microbióloga. Experta en Bioseguridad.
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