Sus piedras nobles, como el jade o el cuarzo, potencian la acción de los productos, activan la microcirculación y drenan las bolsas bajo los ojos. A muchas esteticistas les gusta usar unas u otras según los objetivos que buscan, pero también hay quienes dejan la elección en manos de la clienta. Son fotogénicos y acumulan likes en Instagram pero, además de ser el beauty gadget de moda, los rollers faciales de piedras nobles potencian la acción de los cosméticos, activan la microcirculación y drenan las bolsas bajo los ojos.
Entre su legión de fans destacan muchos centros punteros, que los incluyen en sus protocolos.
“La piel se beneficia de una estimulación extra para ayudar a activar la producción de colágeno, fundamental para mantenerla firme, y usado con constancia ayuda a suavizar arrugas como la del ceño fruncido”, dice Diego Méndez-Sâbre, investigador y co-fundador de Haute Custom Beauty.
Más ventajas: “Oxigenan la piel, trabajan los contornos de los pómulos y el mentón y ayudan a eliminar el exceso de líquido bajo los ojos para tener un aspecto más descansado y fresco”, afirma.
“Los rodillos faciales sirven sobre todo para desinflamar”, apunta Sandra Satué Soto, terapeuta especializada en medicina china y aromaterapia de Alqvimia. “En los tratamientos usamos el de jade verde porque es antiinflamatorio, descongestionante, favorece el drenaje linfático y aplaca las rojeces de las pieles sensibles. Si quisiera activar la síntesis de colágeno y elastina utilizaría una piedra más oscura, como un jaspe rojo o una ágata naranja”, señala.
Jade o cuarzo
La lista de celebridades que dan la cara por ellos, desde Kim Kardashian hasta Gwyneth Paltrow, es más larga que la tabla periódica.
Los de jade, usados hace más de 2.000 años por la medicina tradicional china, y los de cuarzo rosa, que los egipcios utilizaban para hacer mascarillas rejuvenecedoras, son los más populares pero también los hay de amatista, cornalina, obsidiana, jaspe, ágata, malaquita, zafiro…
A cada una de ellas se le atribuye distintas propiedades holísticas: malaquita para ahuyentar malas energías, jaspe rojo para aportar vitalidad.
A muchas esteticistas les gusta usar unas u otras según los objetivos que buscan, pero también hay escépticos que creen que la elección de piedras se puede dejar en manos de la usuaria, según su gusto personal.
Sí hay coincidencia a la hora de elegir el roller perfecto: piedras que no se deterioren con las fórmulas cosméticas y masajeadores que se deslicen con facilidad y tengan sus partes metálicas bien engarzadas.
Los modelos de superlujo, como los de Haute Custom Beauty, hechos a mano y bañados en oro amarillo, oro rosa y platino, pueden llegar a costar 380 euros. Ellos apuestan por “piedras faceteadas para incrementar los efectos del micromasaje y por que la herramienta incluya una esfera pequeña para poder estimular los puntos shiatsu y facilitar al drenaje linfático.
¿Funcionan? Nadie duda de que son relajantes ni de que deshinchan las ojeras pero ni hacen milagros ni actúan si están olvidados en un cajón. Y cuidado si se pasa por boxes para bótox y rellenos: “Es recomendable esperar un mínimo de tres semanas para que estén bien asentados antes de usar el rodillo”, apunta la doctora Natalia Ribé.
Clientela VIP
Algunas marcas de alta cosmética, como Guerlain, también se apuntan al fenómeno roller. Acaban de lanzar su propio utensilio de masaje junto al sérum de noche de la línea Orchidée Impériale.
Y en Londres arrasa el de Sarah Chapman, la facialista de Victoria Beckham y Meghan Markle (cuando pasa por allí).
Allí también triunfan los masajeadores que recrean tratamientos faciales de crioterapia, como el Cryopress. Según la marca, Jennifer Aniston y Gigi Hadid están en su lista de clientes VIP.
Así se usan para aumentar sus efectos
Se guardan en la heladera para acentuar su efecto frío. Otra opción: “Meterlos un minuto en un vaso con hielo”, aconseja el experto de Haute Custom Beauty.
Los aceites faciales y los sérums son las texturas más agradecidas para los rodillos. “Sirven también para aprovechar los restos que quedan después de usar una mascarilla de celulosa (sheet mask)”, comentan desde Alqvimia.
“La parte estrecha es para la zona orbicular de ojos y labios, la más ancha se usa en pómulos, cuello, mandíbula y contornos”, señala Sandra de Alqvimia.
“Aplicar el cosmético y empezar el masaje en la frente, haciendo movimientos ascendentes y hacia las sienes durante 30 a 60 segundos. Seguir por la zona de las mejillas y la mandíbula, hacia arriba y de dentro hacia fuera. Acabar en el cuello, también en sentido ascendente. Con 30 segundos cada zona basta”, explica Estefanía Nieto, formadora de Omorovicza.
En las ojeras se usa haciéndolo rodar desde el lagrimal hacia la cola de la ceja, y siguiendo el círculo pasándolo también bajo las cejas.
“En casa lo uso por la noche, tras la limpieza y el tónico, y después aplico un aceite facial”, dice Sandra Satué Soto, de Alqvimia.
