Humectantes, secativas, reafirmantes, tensoras, blanqueadoras, refrescantes descongestivas, emolientes, queratolíticas y enzimáticas según los principios activos utilizados, la funcionabilidad de las máscaras en nuestros tratamientos es de vital importancia.
La funcionabilidad de las máscaras en nuestros tratamientos es de vital importancia. Estas serán humectantes, secativas, reafirmantes, tensoras, blanqueadoras, refrescantes descongestivas, emolientes, queratolíticas y enzimáticas según los principios activos utilizados.
La aplicación no sólo dará un estado de bienestar y sensación de relax, sino que afirmará nuestro trabajo.
Se presentan en geles, silicatos, polvos, arcillas, bentonitas, caolín, en caso de las arcillosas se preparan con lociones que las mantendrán húmedas dando así una mejor hidratación, serán descongestivas o calmantes.
En algunos casos se dejarán secar y entonces tendrán efectos astringentes o tensores. Siempre dependerá de la necesidad, y los principios activos agregados.
En algunas circunstancias serán cremosas, vehículos grasos, entonces serán oclusivas, humectantes, lubricantes y se podrá potenciar su acción con el agregado de extractos vegetales como ginseng, vitaminas, ceramidas.
Los resultados obtenidos dependerá del biotipo cutáneo, por lo tanto es sumamente importante realizar una buena evaluación para la correcta aplicación del vehículo y el activo.
Tipos de máscaras
Entre otras podemos mencionar:
– Máscaras blanqueadoras: se aplican en pieles hiperpigmentadas, ya que su función es aclarar. En algunos casos provoca leve descamación. Se preparan en bases cremosas o arcillosas (siempre dependiendo del biotipo), con el agregado de emblica, uva ursi, acido kójico, peróxidos de magnesio, ácido mandélico, vitamina C.
– Máscaras enzimáticas: son de efecto queratolíticas. Se elaboran con bromelina (derivado del ananá) papaína (derivado de la papaya) y, como vehículos, polvo o arcillas.
– Máscaras descongestivas: producen efecton calmante o refrescante. Se presentas en geles, con glicólicos vegetales, de manzanilla, aloe vera, tilo sauco, malva.
– Máscaras de fango: sus principios activos son sílice, calcio, azufre , zinc, potasio y otros oligoelementos. Su función es regenerar y oxigenar, reactivar la actividad celular. En pieles secas se coloca, se deja actuar 10 minutos, se brumiza para mantener la humedad y luego se retira con abundante agua. En el caso de pieles oleosas se deja secar, luego brumizar y retirar con agua tibia.
– Máscaras de chocolate: ricas en vitaminas, antioxidante, hidratante y tonificante, actúa como revitalizador de la piel.
– Máscaras de oro: de efectos afirmantes y antiarrugas, suaviza las líneas de expresión, aclara la piel y redefine el contorno facial. Es ideal para la recuperación del brillo y elasticidad producidos por el exceso de sol, el stress y la opacidad provocada por el consumo de algunos medicamentos.
– Máscaras con Vitamina C: tiene acción antiage. El ácido ascórbico estimula la producción de colágeno y elastina. Es blanqueadora, rejuvenecedora y produce un efecto lifting.
– Máscaras de limpieza profunda: con lanolina y proteínas de almidón y exfoliante con te verde y romero.
– Máscaras de alginato: se colocan en capa gruesa y se retiran en una sola pieza.
Clga. Rita Prieto
Asociación Argentina de Dermatología