La piel que se encuentra alrededor del ojo es cuatro veces más fina que la piel del resto del cuerpo. Además, las glándulas sebáceas de esta zona sólo se encuentran en pequeñas cantidades: por ello, la película hidrolipídica está menos equipada para jugar su tradicional papel protector contra el estrés. Es la primera zona que sufre el cansancio y los síntomas de envejecimiento: ojeras, bolsas y pequeñas arrugas.
El ojo y su contorno: una zona muy sensible
El contorno del ojo, de piel muy fina, poco protegido y sujeto a muchas agresiones por naturaleza, es una de las partes más sensibles del rostro. Para el ojo y para su contorno, la suavidad es algo importante.
La película lacrimal del ojo: protección natural
La superficie del ojo tiene una especie de escudo de protección natural contra los ataques externos (irritantes, polvo, etc.): el líquido lacrimal.
Se compone mayoritariamente de sales orgánicas, glucosa y oxígeno y «nutre» la capa de la superficie de la córnea.
Si se deteriora, la película lacrimal no puede ejercer su papel de barrera protectora. Aparecen sensaciones molestas: ojos llorosos, rojeces, sequedad o picazón en los ojos.
El área que rodea al ojo: una zona reactiva
La piel que se encuentra alrededor del ojo es cuatro veces más fina que la piel del resto del cuerpo. Además, las glándulas sebáceas de esta zona sólo se encuentran en pequeñas cantidades: por ello, la película hidrolipídica está menos equipada para jugar su tradicional papel protector contra el estrés.
Dado que soporta 10.000 pestañeos al día, el contorno del ojo es la primera zona que sufre el cansancio y los síntomas de envejecimiento: ojeras, bolsas y pequeñas arrugas.
Todos estos factores contribuyen a la sensibilidad de la zona que se encuentra alrededor del ojo, sobre todo cuando se enfrenta a un maquillaje irritante o a productos cosméticos no adecuados, como aquellos que contienen ingredientes alérgicos o perfumes.
Este microestrés diario a veces lleva a que se produzcan reacciones alérgicas: pequeñas rojeces, piel seca, picazón, inflamación, etc.
Productos adecuados para reducir las irritaciones
Cada mañana y cada noche, se deben usar productos específicos para los ojos sensibles.
En lugar de fórmulas extremadamente grasas que pueden hacer que los párpados se inflamen, debe elegirse productos que sean más fluidos y frescos, optando por los limpiadores en forma de gel o loción. Son menos agresivos y no dejan una película grasa.
De la misma manera, hay que acordarse de quitar las lentes de contacto antes de desmaquillar para evitar que se irrite la zona que rodea al ojo.
En cuanto al maquillaje, la mejor apuesta es elegir máscaras, lápices de ojos, sombras de ojos y eyeliners que estén formulados específicamente para los ojos sensibles. Aseguran una tolerancia alta durante y después de su aplicación.
La eliminación de los pigmentos y de otros ingredientes que pueden provocar alergias de manera potencial, minimiza el riesgo de reacciones y aseguran el confort dermatológico y oftalmológico.