La carboxiterapia consiste en aplicar CO2 de manera subdérmica para provocar la liberación de toxinas que se encuentran ubicadas en la membrana celular. Combinada con mesoterapia, es un método terapéutico para la celulitis.
Término común usado para describir los depósitos de grasa atrapados debajo de la piel, la celulitis es el nombre del temido efecto “piel de naranja”, fundamentalmente en muslos, nalgas y abdomen.
Este problema estético aparece en la inmensa mayoría de las mujeres a partir del fin de la adolescencia y muy raramente ocurre en los hombres.
Para tratar esta afección, un buen recurso es la carboxiterapia que, en combinación con la mesoterapia y en manos de un profesional experto, mejora la circulación y la oxigenación de las zonas afectadas y ayuda a mantener la piel lisa y con apariencia sana.
La carboxiterapia es un método terapéutico eficaz y seguro para la celulitis, ideal para la mujer de cualquier edad.
Básicamente, consiste en aplicar CO2 (dióxido de carbono) de manera subdérmica para provocar la liberación de toxinas que se encuentran ubicadas en la membrana celular.
De esta manera se obtiene, al mismo tiempo, un efecto lipolítico que logra disminuir la capa de grasa y eliminar la apariencia de piel de naranja o celulitis.
El efecto fisiológico más importante es la oxigenación de los tejidos de la zona tratada, favoreciendo la eliminación de productos de desecho por medio del drenaje linfático manual.
El CO2 actúa en la zona afectada y se elimina rápidamente, permaneciendo hasta 48 horas.
Lo ideal es hacer 2 ó 3 sesiones por semana, en un total de 15 a 20 terapias.
Los resultados son evidentes luego de la quinta sesión, donde se notará la piel mas lisa y firme.
Durante las primeras sesiones, algunas pacientes pueden experimentar un ligero entumecimiento en la zona de la aplicación, que desaparece cuando se coloca el ultrasonido debido a que el efecto de vibración que provoca hace que los elementos de desecho se desprendan más fácilmente de la membrana celular, obteniendo mejores efectos.