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Miel y piel

La miel, un producto muy complejo al que se le calculan unos 180 componentes, está cada vez más presente en los productos de belleza. Tanto sea para el rostro, para el cabello, para las manos, para los labios y para los pies, definitivamente parece ser el elemento cosmético del año. La miel, un producto muy complejo al que se le calculan unos 180 componentes, está cada vez más presente en los productos de belleza. Tanto sea para el rostro, para el cabello, para las manos y para los pies, definitivamente parece ser el elemento cosmético del año.

La miel es un producto muy complejo, al que se le calculan unos 180 componentes.

Ocupa un papel primordial en la historia de la alimentación, pero también en la de la medicina y los cuidados del cuerpo, desde la Antigüedad.

Hipócrates la recomendaba para el tratamiento de muchas enfermedades y, más allá de ungüentos de la cosmética hand made de la época, se defendían sus utilidades para curar hematomas y llagas.

En Roma también la utilizaban para tratar las heridas.

Además de sus efectos curativos, tradicionalmente se considera que la miel tiene propiedades nutritivas, hidratantes, calmantes, cicatrizantes, antiinflamatorias, antioxidantes, antisépticas y emolientes para la piel. Pocos productos se presentan como tan versátiles.

Otra de sus utilidades es la de revitalizar cabellos secos.

Más allá de mascarillas caseras, los productos basados en la miel o con este producto entre sus ingredientes se dirigen sobre todo al pelo castigado, quebradizo y opaco.

Champús, acondicionadores y mascarillas con miel se destinan a fortalecer el cabello, devolverle el brillo y restaurar su capa protectora para protegerle de las agresiones externas.

Pese a sus múltiples usos y aplicaciones desde la antigüedad, es curioso que la medicina moderna se muestra bastante escéptica frente a las eventuales ventajas de la miel.

La Asociación Española de Dermatología y Veneorología es bastante tajante y sostiene que “no hay evidencia científica alguna acerca de que sea buena o mala en particular para la piel”.

Pese a todo, firmas de higiene, cosmética y dermocosmética dedican a la miel líneas enteras de productos para el cuidado del cuerpo. Incluso, para otras empresas, la miel no es ya uno de sus ingredientes, sino el principal, con productos para hidratar no sólo el rostro, sino también el cuerpo, las manos, los pies, los labios, etc.

Los seguidores de la medicina natural son grandes defensores de la miel y son muchas las recetas de mascarillas e hidratantes caseras que la incluyen entre sus ingredientes, así como firmas que se basan en ingredientes completamente naturales.