Si el ombligo no es de nuestro agrado y deseamos cambiarle la forma, la cirugía estética ofrece, a través de la ombligoplastía, la posibilidad de tener el ombligo soñado. ¿Demasiado chico, grande, metido para adentro, salido o chato? Si el ombligo no es de nuestro agrado y deseamos cambiarle la forma, la cirugía estética ofrece la posibilidad de tener el ombligo soñado.
Cada vez más gente consulta en los Estados Unidos y en Japón por la ombligoplastía, una especialidad que en esos países resulta redituable.
Comparada con otros tipos de cirugía, la cantidad de pacientes es menor, pero según la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, en todo el mundo se realizan más de 50 mil de estas intervenciones por año, una cifra para nada despreciable.
Según especialistas norteamericanos, el aumento de este tipo de cirugías se debe en parte a la moda de los pantalones de tiro bajo y de los tops, que dejan el abdomen a la vista. Look que si bien se impuso principalmente entre teenagers y adolescentes, se fue extendiendo alcanzando a las mujeres de casi toda edad.
Sin embargo, para mantener y aumentar el interés en estas nuevas posibilidades estéticas, no es suficiente con un único motivo, depende de la influencia de muchos otros factores.
Así, por ejemplo, no es casualidad que la mayor cantidad de intervenciones se produzan en el Estado de California, donde el sol, la playa y el glamour son moneda corriente.
El costo de la ombligoplastía, según el profesional que la realice, puede oscilar entre los 5 y los 15 mil dólares.
Los riesgos que se corren son sangrados, hematomas, necrosis o falta de coagulación en las heridas.
Como una decisión simplemente estética puede resultar algo superficial, pero para aquellos que padecen de hernia umbilical (tejido abdominal que sobresale a través del ombligo) la ombligoplastía puede resultar una importante alternativa a tener en cuenta.