Cuando nos enfrenamos a un rostro sin maquillar, hay que darse el tiempo suficiente para estudiar a fondo la estructura básica de la cara y cómo es su piel. Cuando nos enfrenamos a un rostro sin maquillar, hay que darse el tiempo suficiente para estudiar a fondo la estructura básica de la cara y cómo es su piel.
Todos los rasgos de un rostro los podemos modificar a través del maquillaje. Lo mejor para dejar una piel suave y flexible es prepararla con una crema hidratante, lociones o geles, que eliminan la grasitud excesiva. A veces, hay que ir probando hasta encontrar la combinación ideal de productos para el cuidado de la piel.
La textura de un maquillaje puede ir desde el liso y mate hasta el brillante, desempeñando un papel importante en la imagen que queremos conseguir. El maquillaje mate siempre absorbe la luz, los brillos y los perlados destacan y resaltan.
Si jugamos con bases de colores más oscuras o claras que el tono natural de la piel, creamos resultados soprendentes. Podemos afinar una nariz, elevar una ceja, modelar una mejilla; todo aplicando claros-oscuros, pero lo más importante es difuminar esos productos. Si las imperfecciones de la piel las tapamos con un corrector, utilizando un pincel, se consigue un acabado perfecto y natural.
Aplicando la mínima cantidad de base y polvo, obtendremos mejor resultado a lo largo de todo el día, ya que al sonreír, hablar o fruncir el ceño, la base de maquillaje tiende a correrse hacia los pliegues y arrugas del rostro, y no olvidemos que los polvos intensifican esos efectos. Pero también son muy útiles en las zonas donde aparecen brillos.
Si dividimos la cara en dos partes, una superior y otra inferior, y recordamos la importancia de los claros-oscuros, tenemos combinaciones básicas: ojos claros con boca oscura. Estas combinaciones, las consideramos de equilibrio ya que llaman la atención hacia arriba, hacia abajo o hacia el rostro en conjunto.
El maquillaje de ojos puede cambiar la forma y el estado de ánimo de un rostro. Si aplicamos sombras medias u oscuras, sólo en el párpado superior creamos un efecto de levantar el ojo; al aplicar esa misma sombra rodeando el ojo, éstos se verán más redondos y dramáticos. Es importante al delinear los ojos ver cuál es el efecto que produce esa línea.
La definición de una ceja puede alterar la expresión de una cara y, al darle forma a los labios con un pincel y un lápiz, podemos llegar a crear una expresión sutil y espectacular.