test top website

Celulitis: conocerla y comprenderla

Escribe Sandra Romero Todos los músculos de nuestro cuerpo se hallan recubiertos por una capa de tejido conectivo, integrado por distintos tipos de fibras y por células adiposas. Justamente la distribución y espesor de este tejido otorga las formas características a la silueta femenina.

Cuando el libre intercambio de fluidos – sangre, agua y linfa – entre las células del tejido conectivo y el medio que las rodea se entorpece o se modifica, automáticamente se altera la eliminación de toxinas y se desencadena una transformación en la “calidad” de ese tejido, espesado y endurecido, pleno de agua y toxinas, que da lugar a la tan temida “piel de naranja”.

El síntoma de la piel de naranja es el resultado de la presión de ese tejido sobre la piel, tejido que llega a tener una consistencia similar a la gelatina, distribuida en compartimentos inamovibles, y que se trasluce en la superficie de la piel.

Hoy se sabe que el factor hereditario juega un papel preponderante en la aparición de la celulitis (patología casi esencialmente femenina) y que es de carácter hormono – dependiente; se instala en la pubertad y se agrava en cada etapa de la vida de la mujer en la que se altera la producción de estrógenos – progesterona.

Sin embargo hay causas que pueden desencadenarla, contribuir a su formación y agravarla, entre las que conviene recordar:

• dieta alimentaria incorrecta

• constipación

• consumo escaso de agua

• alteraciones circulatorias

• falta de actividad física

• tabaquismo

• estrés

• trastornos hormonales

La celulitis suele localizarse en zonas específicas del cuerpo femenino, prefiriendo la zona superior y lateral de los muslos (pantalón de montar), rodillas, glúteos, parte inferior de la espalda, brazos, abdomen.

Puede instalarse sobre tejidos bien firmes y músculos con buen tono, y en ese caso sólo la aparición de la piel de naranja, de manera espontánea o ante el pellizcamiento, nos permitirá su reconocimiento. La piel suele aparecer aumentada de espesor de manera uniforme y toda la zona mostrarse compacta o rígida. Estamos ante la llamada celulitis “dura”

Cuando la celulitis está instalada sobre tejidos blandos, músculos sin suficiente tono, y la piel excesivamente estirada, como consecuencia, por ejemplo, de descensos bruscos o exagerados de peso, una historia de obesidad, vida sedentaria, suspensión de la actividad física, ……. la masa celulítica tiende a ocupar grandes zonas, se hace muy evidente y puede estar acompañada de edemas blandos, várices, varicosidades y resulta obviamente muy poco atractiva. Es la llamada celulitis “blanda o fláccida”.

Hay mujeres que refieren haber tenido siempre las piernas gruesas o gordas, desde temprana edad, y el signo de la piel de naranja haber aparecido precozmente, en la pubertad. Esta celulitis se localiza exclusivamente en los miembros inferiores, que aumentan considerablemente de tamaño de manera uniforme; la congestión de los tejidos es significativa, produce severas molestias y dolor que se agravan en el premenstruo, ante la constipación, las alteraciones climáticas, la compresión, los pequeños golpes. Es la llamada celulitis edematosa.

Ahora bien, difícilmente encontremos alguna de estas formas de celulitis de manera PURA, lo más probable es que se manifiesten de manera MIXTA: dura en el pantalón de montar, flácida en cara interna de muslos y brazos, por ejemplo.

Y nuestro abordaje terapéutico debe adecuarse específicamente a las características individuales de nuestra clienta, porque su es su celulitis y su celulitis es ella y no otra u otras.

Oportunamente consideraremos tratamientos de masoterapia, cosmetológicos y de aparatólogia estética, sin olvidar que un esquema correcto de atención eficaz de la clienta celulítica debe ser interdisciplinario:

• Consulta al médico clínico y/o al flebólogo. Si es necesario al ginecólogo o endocrinólogo.

• Orientación nutricional

• Orientación referida al tipo de actividad física a encarar 

• Y si es necesario consulta de orden psicológico a fin de asegurarnos de poder combatirla desde todos los frentes:ÿ causas de orden interno y de dominio médico.

• Dieta adecuada.

• Depuración pulmonar, renal, intestinal, y a través de la piel

• Ejercicios físicos adecuados.

• Eliminación de toxinas.

• Neutralizar los efectos del estrés.

En tanto que esteticistas debemos tener en claro que nuestro trabajo debe adecuarse y acompañar a las pautas y recomendaciones del profesional médico, en beneficio exclusivo de nuestra clienta, que mucho nos lo agradecerá cuando comience a disfrutar de una mejor calidad de vida.

Sandra Romero, Esteticista, Cosmiatra, Masoterapeuta, perteneciente al staff de AS.