La fitoterapia, conocida también como herbolaria, significa «terapéutica con plantas”. Es la ciencia que estudia la utilización de productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, atenuar o curar un estado patológico.
La fitoterapia es la ciencia que estudia la utilización de productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, atenuar o curar un estado patológico.
Etimológicamente, significa “terapéutica con plantas”, que proviene del griego fyton (planta, vegetal) y therapeia (terapia). También se la conoce como herbolaria, del latín herba (hierba).
Los registros más confiables del concepto de fitoterapia datan del año 3000 a.C. en el imperio Sumerio. Sin embargo, quien utilizó el término por primera vez fue el médico francés Henri Leclerc en su libro Précis de Phytothérapie, en 1954.
Actualmente, son cada vez más los tratamientos que se basan en la utilización de plantas. Posiblemente, porque muchos pacientes opten por elegir terapéuticas menos agresivas y, preferentemente, que no incluyan drogas sintéticas; que suelen tener, en muchos casos, efectos colaterales demasiado evidentes e incómodos.
Todas las culturas poseen un conjunto de plantas utilizadas tradicionalmente para tratar distintas dolencias. Este uso ancestral no sólo ofrece cierta seguridad, sino que hoy permite el rescate de esas plantas que, después de ratificarse su eficacia con nuevos estudios científicos, constituyen métodos eficaces de curación. Precisamente, empleando esa sabiduría se desarrolló la etnobotánica y la etnofarmacología.
Si bien los productos fitoterápicos suelen tener márgenes terapéuticos más amplios, el hecho de ser naturales no significa, necesariamente, que también sean inocuos. Por este motivo es importante el asesoramiento con profesionales capacitados en la utilización de hierbas y extractos medicinales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el año 1978, definió a la planta medicinal como “cualquier planta que en uno o más de sus órganos contiene sustancias que pueden ser utilizadas con finalidad terapéutica”.
La fitoterapia incluye el uso de la plantas o parte de ellas. Ya sea triturada en forma de tisana, reducida a polvo, encapsulada o comprimida para una mejor dosificación, como en extractos secos de igual presentación, extractos alcohólicos o extractos glicólicos, conforme a la necesidad de uso.
Cuando se habla de extractos, en cualquiera de sus formas, la acción farmacológica se manifiesta a través de sus principios activos. De esta manera, se consigue una mayor concentración en cada toma, intentando reducir el tiempo de tratamiento o la cantidad de ingestas.
Al ser líquidos, los extractos alcohólicos permiten el incremento paulatino de la dosis hasta encontrar la correcta. Por supuesto, cada forma farmacéutica tiene sus ventajas y desventajas.
Los extractos herbáceos o fitoextractos son formas líquidas, una mezcla de extractos hidroalcohólicos de plantas poseedores de una acción farmacológica en común.
Teniendo en cuenta el tipo de afecciones más frecuentes en la población se han elaborado los siguientes: reductor, circulatorio, diurético, sedante, laxante, digestivo, hepático, antidiabético, antihipertensivo, antirreumático, anticolesterol, expectorante y energizante.