Una manera de lograr un efecto similar al DLM mediante la aparatología es recurriendo al ultrasonido, utilizando para ello un cabezal pequeño que se debe deslizar por la piel del paciente en el mismo sentido en que se realizan las maniobras manuales. Beneficios del drenaje linfático
Mediante la técnica del drenaje linfático manual (DLM) se consigue movilizar el fluido de los tejidos hacia los ganglios linfáticos, permitiendo, de esa manera, la eliminación de residuos.
Lo que en los hechos significa un evidente beneficio para la piel, ya que además de reducir inflamaciones y edemas, también mejora la microcirculación.
Es decir que tambien mejorará su aspecto. Así, la piel lucirá más clara y saludable.
Otro de los importantes beneficios de la aplicación del drenaje linfático es el aumento de la permeabilidad cutánea, lo que permitirá una mejor absorción de los activos aplicados durante el tratamiento.
Teniendo en cuenta que el sistema linfático es, después de la piel, la segunda barrera contra virus y bacterias, el empleo del DLM resulta, además, un aporte adicional a las defensas del organismo.
Efecto DLM facial y ultrasonido
Una manera de lograr un efecto similar al drenaje linfático manual facial mediante la aparatología es recurriendo al ultrasonido, utilizando preferentemente un cabezal pequeño.
Después de colocar gel neutro en la piel del paciente se debe programar el equipo de ultrasonido en la modalidad pulsada.
Luego, y en el mismo sentido en que se realizan las maniobras manuales de drenaje linfático, se debe deslizar el cabezal por la piel del paciente durante unos 10 minutos, aproximadamente.
Una vez finalizado el tiempo de este trabajo se puede continuar normalmente con la sesión correspondiente.
El empleo del drenaje linfático resulta ideal como complemento de distintos tipos de tratamientos, especialmente en los casos de rosácea y acné.
Antes de comenzar con las maniobras de esta técnica es recomendable realizar una apertura de ganglios.