La impactante colección de maquillaje de NARS en palabras de sus creadores: el artista plástico y fotógrafo Steven Klein y el maquillador y fundador de la empresa, François Nars. La visión compartida del mundo. La idea de que la sexualidad es tan variada como moderna. La belleza es un gran negocio y vale la pena quedarse con lo seguro, pero la marca de belleza Nars Cosmetics nunca se ha adherido a las reglas.
Fundada por su homónimo François Nars en 1994, todo lo que tenga que ver con la marca empuja los límites.
Y las campañas publicitarias, en las que Nars aparece como maquillador y fotógrafo, logran lo casi imposible: hacer el maquillaje deseable para las generaciones Y y Z a las que no les interesa ese discurso de «Si eres hermosa, la vida es hermosa».
El maquillaje como medio de expresión
«Todos quieren expresarse, y el maquillaje es una gran manera de hacerlo. Puedes ser tan creativo como quieras, así que creo que el maquillaje prevalecerá por mucho tiempo», dice Nars, cuando nos encontramos en Nueva York para hablar sobre la colaboración con el fotógrafo Steven Klein.
«Si pienso en cualquier época, lo que la define, para mí, es el maquillaje», asegura el fundador de NARS.
François Nars.
Desde Andy Warhol hasta Guy Bourdin, François Nars siempre ha sentido la necesidad de hacer equipo con los creadores de imágenes subversivas y Steven Klein no es una excepción.
«Me encanta su trabajo. He adorado sus fotografías por años, pero él es mucho más que simplemente un fotógrafo de moda, fue algo obvio pedirle a Steven que trabajara conmigo en esto», explica François Nars.
En una conversación en su impresionante estudio industrial en Chelsea, en Nueva York, Klein está de acuerdo en que hubo una facilidad natural para la colaboración.
«Fue probablemente uno de los proyectos más fáciles que he hecho en mucho tiempo. Intercambiamos algunas de mis imágenes y terminamos con las que ves en el packaging para representar lo que habíamos hecho. NARS es una marca tan cool que fue fácil. La mejor parte fue seleccionar los nombres», asegura Klein.
Con denominaciones como ‘No Shame’ para un labial audaz color ciruela, ‘Full Service’ para un sistema de cepillo de lujo y ‘Don’t Mask, Don’t Tell’ para un rubor compacto de cuatro partes, piensa menos en ‘Perks of Being a Wallflower’ y más en ‘Perks of Being a Pin-up’.
«Los jóvenes están más preocupados por divertirse y tener experiencias geniales. El género y la sexualidad ya no les importan. Siento que las personas mayores están más preocupadas por ello», dice Klein.
La perfecta sensualidad que une la obra de Klein es lo que ha vuelto sus imágenes tan identificables y lo que lo mantuvo a la vanguardia de la fotografía de moda desde hace más de dos décadas.
La estética de Klein siempre ha estado adelantada a su tiempo, empujando los límites de género en poderosas imágenes vinculadas con una sexualidad explícita.
«Cuando empecé a tomar fotos en los años noventa, la androginia era un movimiento. Sentí que los hombres y las mujeres se estaban acercando cada vez más, volviéndose más iguales y me pareció interesante. Yo sabía que era ahí donde se dirigía el futuro», dice.
«Crecer en los clubs en Boston, con drogas, con transexuales con navajas en las bocas, siempre ha sido una parte de mi mundo, no es nada nuevo. No puedo evitar el aspecto sexual; creo que la naturaleza de todo comienza con la atracción sexual», cuenta el fotógrafo.
Klein y Nars eligieron 11 fotos de archivo de Klein que mejor encarnaban el espíritu sexual de la colección de 23 piezas y trabajaron con Fabien Baron para agregar el nombre de Steven Klein en el logotipo y diseño de los frascos en vinilo de lacado color negro brillante con adornos de metal.
La asociación fue traída a la vida en una fiesta en Alder Manor, al norte del estado de Nueva York, en una casa señorial con sorpresas en cada habitación.
Chicos del tipo Adonis desnudo llevaban antifaces que revelaban smoky eyes, misteriosos maniquíes y letreros de neón se plantaron en el fondo de una piscina abandonada, y modelos hermosas se movían detrás de sábanas de plástico transparente que obstruían la vista parcialmente (era como un casa de terror, pero lo único encantado era la belleza).
«Siento que hemos hecho que las fotografías de Steven cobren vida», dice François Nars. «Fuimos capaces de crear todo un mundo. Una habitación con un auto, una con espejos rotos en el suelo, era la visión de Steven y mi mundo a un costado».
La idea NARS de la sexualidad es tan variada como es moderna.
«Siempre he sido muy global», explica Nars. «Me gusta pensar en el maquillaje como algo universal. Toda mi vida he trabajado con la comunidad transgénero, maquillando a chicos y chicas. El maquillaje se traduce como una forma universal de hacer que las personas se vean geniales, sin importar su sexo, su raza o su edad. Nunca he puesto ninguna barrera y mi mundo nunca ha estado limitado».
El éxito de Klein y Nars proviene de su visión compartida del mundo que los rodea. Esto es más un encuentro de mentes pioneras que una estrategia de marketing del tipo: «Tal vez ella nació con ello». Sus mundos se acoplan, hermosamente.
A través del cine, y mediante una provocadora película que trae a la vida la colección, el fundador de NARS homenajeó al fotógrafo por su colaboración con la empresa.
Steve Klein es un artista estadounidense con una basta experiencia en estética y maquillaje.
Sobre esta base comenzó a experimentar con la fotografía.
Tomaba todas las fotos bajo la perspectiva plástica de la estética y el arte, algo que lo llevó a triunfar en el mundo de la moda, debutando como fotógrafo de las campañas publicitarias de Dior.
Desde entonces no se detuvo, siendo artista visual de marcas como Calvin Klein, Dolce & Gabbana, Alexander McQueen y Nik, entre otras.
También ha participado en las ediciones de la revista W, retratando a famosos como Lady Gaga, Madonna, Tom Ford y Brad Pitt.
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