El emoliente facilita el reblandecimiento de las materias acumuladas en los intestinos. Suaviza y protege la piel o las mucosas. Se puede usar con éxito para el control del eccema.
Un emoliente (del latín emolliens, -entis, que ablanda) es una sustancia de uso externo que tiene la propiedad de ablandar parte dureza, un tumor o una zona inflamada. También la de relajar y suavizar la piel.
El emoliente facilita el reblandecimiento de las materias acumuladas en los intestinos. Suaviza y protege la piel o las mucosas. Se puede usar con éxito para el control del eccema.
Su presentación para uso en la piel es en forma de pomadas, lociones, sustitutos para el jabón y aceites para el baño.
Generalmente no contienen ningún producto farmacológico.
Las cremas emolientes son útiles y recomendadas para nutrir la piel seca o atópica.