La idea de utilizar el sobrecalentamiento local, sea en la forma que fuere, para una reducción del peso no es ninguna novedad. Estudio clínico sobre la efectividad del tratamiento térmico de profundidad en el caso de obesidad.
La idea de utilizar el sobrecalentamiento local, sea en la forma que fuere, para una reducción del peso no es ninguna novedad. Con motivo de la comprobación de las funciones metabólicas de personas obesas, las cuales estaban sometidas a temperaturas superiores a las normales, empezaron a oírse voces que suponían que, bajo el efecto térmico, aumentaba la acción del metabolismo basal y, con ello, se producía un mayor gasto de energía, lo que debía tener como consecuencia una reducción de peso.
En cuanto a los orígenes de la obesidad, existe la opinión generalizada de que ésta es el resultado de un trastorno del metabolismo energético. Se ha podido demostrar que el organismo del obeso no es capaz de gastar completamente la energía suministrada, por ejemplo, por los alimentos, y no puede transformarla en calor que podría ser radiado.
Aparentemente, esto se debe, entre otras razones, a que la actividad de las enzimas en las mitocondrias de las células grasas se halla rebajada, con lo que o se forma suficiente trifosfato de adenosina (ATP), necesario para la oxidación de los ácidos grasos, es decir, para la lipólisis.
Estudio clínico sobre la efectividad del tratamiento térmico de profundidad en el caso de obesidad
Material y método
En el presente estudio, se sometieron a un tratamiento cíclico de 10 sesiones a 12 voluntarios de grupo de obesos. Entre ellos, 6 personas mantuvieron al mismo tiempo una dieta baja en calorías.
Como aparato terapéutico, utilizamos el aparato equipado con 4 bandas, en las que se envolvieron a las personas que se sometieron a este experimento.
Para conseguir una distribución energética lo más elevada posible y evitar irritaciones de la piel, se aplicó a las partes a tratar un gel activo a base de liposomas (10%).
La duración de cada una de las sesiones era de 50 minutos. Antes y después de cada sesión, se midió a cada una de las personas participantes el pulso, la presión arterial, el peso y las proporciones.
Consecuencias del tratamiento
Los resultados de este tratamiento se presentan como sigue:
1. Utilizando como tratamiento térmico local sobre el tejido adiposo subcutáneo, se consigue -incluso en un período de tiempo relativamente corto de 20 días- una reducción del peso significativa.
2. Si el paciente realiza durante el tratamiento una dieta baja en calorías, se conseguirá notablemente un mejor resultado.
3. Durante el tratamiento, las pacientes femeninas consiguen adelgazar sobre todo en la región de los muslos, mientras que los pacientes masculinos adelgazan en proporciones similares en todas las zonas tratadas.
4. Evidentemente, la cantidad de energía térmica aportada es lo suficientemente elevada para conseguir el efecto terapéutico deseeado, sin que por ello se deban producir daños térmicos en los órganos afectados, descompensaciones del metabolismo o desregulaciones circulatorias.
5. Antes de iniciar el tratamiento, se debería comprobar que los pacientes no se hallan afectados de trastornos cardiovasculares y que están en condiciones de soportar un pequeño incremento adicional del pulso cardíaco.
Se puede afirmar que la terapia contra la obesidad con un aparato de tratamiento térmico de profundidad, representa una terapia adecuada, que puede ser aplicada de modo universal y sin problema alguno.
Conclusiones
Se pudo demostar que, además de la reducción del colesterol y del nivel de grasa, se conseguía una pérdida significativa de peso y volumen en los pacientes tratados con esta terapia. Mientras no exista ninguna de las contraindicaciones mencionadas, tampoco habrá efectos secundarios.
El tratamiento deberá llevarse a cabo, por lo menos, una sesión cada 2 ó 3 días, hasta un total de 10 sesiones.
Bibliografía: Dr. A. Medina y Dr. K. Radtke. “Tratamiento revolucionario de la adiposidad localizada y regional”.
Gentileza: Electromedicina Morales