Una piel sensible es aquella que naturalmente es vulnerable a las agresiones exteriores, teniendo una reacción excesiva a los agentes causales. El tratamiento no es sencillo y debemos empezar por identificar cuáles son los factores que producen las reacciones para evitarlos.
Nos cuentan las estadísticas que en la actualidad más del 65% de las mujeres tienen la piel sensible, un problema que hace 20 años afectaba sólo al 20% de las mismas.
¿Han aumentado extraordinariamente los agentes agresivos o hay otras razones del importante aumento de las pieles sensibles?
Una piel sensible es aquella que naturalmente es vulnerable a las agresiones exteriores teniendo una reacción excesiva a los agentes causales.
Las reacciones extremas se deben a la excitación de las terminaciones nerviosas de la epidermis.
No debemos confundirlas con las pieles alérgicas, que tienen una reacción del sistema inmunitario al entrar en contacto con una sustancia identificada como de peligro para el organismo.
No todas las pieles sensibles son iguales.
Tradicionalmente se consideraban sensibles a las pieles extremadamente secas que presentaban descamación y enrojecimiento. El viento, el frío, las altas temperaturas, la contaminación etc., son factores que las alteran.
También las pieles grasas y normales hoy tienen esa consideración y enrojecen frente a los factores ambientales mencionados anteriormente.
La reactividad puede provenir de una fragilidad vascular, sensibilidad a los cosméticos, prendas de lana, aguas salitrosas o de una afección atópica.
Estas pieles pueden tener reacciones imprevistas como enrojecer frente a estímulos externos como el frío-calor; o internos, como el stress, la ingesta de alcohol o comidas picantes o muy calientes, emociones, duchas con agua demasiado caliente, etc.
El tratamiento no es sencillo y debemos empezar por identificar cuáles son los factores que producen las reacciones para evitarlos.
La higiene y el tratamiento posterior de la piel deberá ser con productos adecuados que hidraten y no sequen y que contengan agentes calmantes, suavizantes y refrescantes, así como evitar productos con mucho alcohol, perfume, colorantes y jabones alcalinos.
Máscara Diamond
La función de la Máscara Diamond de Niza Científica es aportar hidratación y confort a las pieles tratadas con peeling, resultando ideal para las pieles con rosácea, reactivas y con severa deshidratación.
Los pacientes verán una mejoría inmediata en sus afecciones. Aporta un efecto prolongado de “frescura” cutánea.
La piel, luego de su aplicación, luce más luminosa, descansada e hidratada por el aporte de ácido hialurónico, urea, malva y hamamelis.
Recomendamos usar la ozonoterapia como soporte de los tratamientos por su efecto bactericida y oxigenante.
Tengamos siempre presente el uso del alta frecuencia en los tratamientos faciales de las pieles sensibles o reactivas.
La Máscara Diamond fue introducida en el mercado con mucho éxito para los tratamientos de pieles reactivas, sensibles y exfoliadas (peeling).
– Rendimiento: 10 a 12 aplicaciones.
– Contenido: 60 grs.
– Textura: microgelificada.
– Resultado: una piel clara, fresca y luminosa.
Protocolo de tratamiento en gabinete
1) Higiene profunda (polvo queratolítico, gel microexfoliante, glicóloico al 5%).
2) Tonificar con Loción Refrescante.
3) Aplicar ácido hialurónico (puede ser con electroporador).
4) Gel clarificante.
5) Máscara Diamond.
6) Retirar con abundante agua.
7) Aplicar Pantalla FPS 40.
Domicilio
1) Higiene con Emulsión de Limpieza.
2) Loción Refrescante.
3) Crema de Avena.
4) FPS 40.
Ctra. Nélida Palacios
Directora Niza Científica / Auvernia S.A.
Niza Científica / Auvernia
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