test top website

Exfoliación, el adiós a las células muertas

Para conseguir máxima eficacia, el tratamiento debe formar parte de un sistema de tres pasos: limpiar, exfoliar e hidratar. Es decir, eliminar la suciedad con jabón neutro, aplicar el productos específico con movimientos suaves y constantes y finalizar con alguna sustancia que evite la resequedad. En ocasiones olvidamos cuidar el órgano más grande del cuerpo, nuestra piel, al grado de que frecuentemente la exponemos a diversas agresiones ambientales, como contaminación, aire y sol; no conformes con ello, la sometemos a estrés y mala alimentación.

En consecuencia, se hacen patentes resultados nada alentadores. Por ejemplo, en el mejor de los casos aparecen arrugas prematuras y textura áspera al tacto, mientras que en el peor pueden surgir enfermedades tan graves como cáncer.

A cualquier edad, las células cutáneas trabajan constantemente para renovarse, sobre todo, aquellas denominadas queratinocitos, las cuales se encuentran justo abajo de la capa superficial del tejido (epidermis).

Los queratinocitos llevan a cabo un importante proceso por el cual, aproximadamente cada 30 días, emergen a la superficie transformadas en escamas o estructuras planas sin vida, y permanecen brevemente en el exterior para luego desprenderse de todo el cuerpo de manera imperceptible como resultado del lavado y la fricción cotidianos.

EXFOLIACION

Empero, algunos residuos (células muertas) no alcanzan a caer, por lo que se acumulan en diversas zonas provocando que el cutis luzca opaco y deshidratado. Por fortuna, la solución a este problema es sencilla, y consiste en someterse a una exfoliación rutinaria por lo menos una vez a la semana, lo cual ayuda a eliminar las citadas impurezas.

¿Cómo hacerlo?

Existen profesionales de la estética, clínicas, centros de belleza y spas a donde recurrir para practicarse el tratamiento de exfoliación. Para ello, el procedimiento utilizado suele ser químico, a base de diversos productos adicionados con extractos de frutas, granos o semillas, los cuales se encargan de eliminar células muertas, devolviendo luminosidad, textura e hidratación a la epidermis.

En este sentido, el doctor Juan Colín Fuentes, dermatólogo adscrito al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), señala que el ácido glicólico se emplea en estética para controlar el exceso de grasa en la piel, tratar el acné, atenuar marcas y cicatrices y, además, para dar luminosidad y embellecer al rostro “apagado”.

Su aplicación en forma tópica (cremas) tiene la propiedad de disolver los residuos de la capa córnea (cubierta más superficial de la epidermis), acelerando su eliminación y estimulando el ciclo de renovación celular.

EXFOLIACION

Cabe hacer mención, agrega el especialista, que su utilización requiere conocer el tipo de piel en el que se aplicará dicho producto, es decir, si es gruesa o dura (como en codos, brazos y parte posterior de las piernas) o sensible, ya que en el primer caso no existe problema al momento de frotar vigorosamente, en tanto que en la epidermis fina el tratamiento debe ser sutil, de lo contrario, se provoca adelgazamiento de la capa superficial causando irritación e inflamación.

En consecuencia, según Colín Fuentes, para conseguir máxima eficacia el tratamiento debe formar parte de un sistema de tres pasos: limpiar, exfoliar e hidratar, es decir, eliminar la suciedad con jabón neutro, proceder a aplicar cre aconseja que,ma específica y, por último, utilizar alguna sustancia que impida la resequedad, la cual penetra fácilmente gracias a que la superficie corporal está libre de impurezas.

De esta forma, la piel seca lucirá transparente, suave y flexible. Por su parte, el cutis normal tendrá aspecto limpio y sano, con tono uniforme y menos imperfecciones (barros o espinillas). Por último, la epidermis grasa será la más beneficiada, ya que los poros quedarán libres de impurezas y, por tanto, no habrá lugar para puntos negros ni granitos.

Procedimiento

Por su parte, para Diana Mestre, gerente de Eterea Spa, en la Ciudad de México, es conveniente practicar la exfoliación sobre piel húmeda, ya que de esta manera se facilita formar especial mezcla capaz de arrastrar todas las impurezas del rostro y cuerpo.

Respecto a la efectividad del tratamiento, señala que no radica en la fuerza con que se frote, sino en la regularidad con que se aplique. Es decir que los beneficios no serán los mismos si se realizan con intervalos de varios meses que de días (3 a 5), aún cuando la fricción aumente de intensidad.

EXFOLIACION

El procedimiento es sencillo, pues la crema exfoliadora puede aplicarse directamente con las manos o empleando distintos accesorios, como pinceles, guantes o cepillos, para después aplicar solución con movimientos suaves y constantes en sentido circular, poniendo énfasis en zonas rugosas como tobillos, rodillas, codos y espalda.

Asimismo, el tratamiento puede contener diversos extractos de frutas, flores, semillas o granos (guayaba, café o polvo de arroz, por ejemplo), los cuales contribuyen a preparar a la piel para otros procedimientos nutritivos para hidratarla.