La piel tiene memoria y los excesos que cometemos en la juventud se manifiestan en la adultez en forma de máculas, flaccidez, alteraciones de la textura de la capa córnea, poros dilatados, pérdida de la luminosidad… El profesional debe hacer un “reconocimiento” preciso del biotipo del paciente. Nuestra piel tiene memoria y los excesos que cometemos en nuestra juventud se manifiestan en la adultez en forma de máculas (solares), flaccidez, alteraciones de la textura de la capa córnea, poros dilatados, pérdida de la luminosidad…
Entre las causas de envejecimiento de la piel se encuentran la deshidratación, la oxidación y la mayor lentitud de la renovación celular, que comienza a partir de los 25/28 años de edad.
El profesional debe hacer un “reconocimiento” preciso del biotipo del paciente al que va a tratar. De ello dependerá el éxito del tratamiento.
Existen tres categorías básicas de productos de cuidado de la piel: limpiadores, humectantes e hidratantes y nutritivos.
Utilización de productos que actúan en forma de barrera protectora de la piel, evitando la evaporación de agua que contiene el tejido.
Cumplen la función de captar el agua del medio ambiente e integrarla a la superficie cutánea restaurando el estrato córneo de las agresiones externas (polución, luz solar y artificial, etc.).
Estos productos son ricos en urea, alantoína, pantenol, oligoelementos, vitaminas (no deben faltar la A y la E) y ácido hialurónico.
Hidratar
Hidratamos cuando los productos aportan la cantidad de elementos hidro-químicos que las células necesitan para cumplir sus funciones metabólicas.
Debemos tener en cuenta que la hidratación comienza desde “adentro” hacia “afuera”. Qué significa esto: que nuestro cuerpo necesita hidratarse a través del agua.
Su ingesta favorece el restablecimiento del grado de humedad normal que necesita la piel y otros tejidos para mantenerse en un sano equilibrio.
Nutrir
Es aportar sustancias del cuerpo animal o vegetal para reparar las partes del organismo que van decayendo por la acción catabólica natural que el mismo ejerce.
Con el paso de los años la piel necesita una mayor nutrición.
Es aconsejable que a partir de los 28 años los productos que se apliquen lleven un plus de nutrientes para prevenir los signos del futuro envejecimiento y corregir los ya instalados.
El colágeno, la elastina, el pantenol, la urea, el aloe vera, las ceramidas, los oligoelementos, las vitaminas A , E y B5 son aliados indispensables para una nutrición plus.
Con estos componentes, fortificamos la barrera natural de la piel consiguiendo una mayor luminosidad y tersura.
Tener en cuenta que una buena y equilibrada alimentación fortalece la acción de los productos de uso externo.
Ctra. Nélida Palacios
Directora Niza Científica / Auvernia S.A.
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