Las más habituales tienen relación a factores genéticos: efecto acumulativo de la radiación ultravioleta, exposición a carcinógenos químicos, alteraciones producidas por el deterioro de órganos, el aumento de enfermedades crónicas con manifestación cutánea y la exposición prolongada o repetitiva a múltiples fármacos. Sobrepasar los 50 años es para algunos signo de vejez y hasta de decrepitud. El pelo encanece, la piel se seca, las uñas se endurecen y todo, finalmente, se convierte en una suerte de mapa que indica cuánto se ha vivido e, incluso, de qué forma.
Lo anterior tiene que ver con el daño que producen en la piel múltiples factores – mala nutrición, fotoenvejecimiento, deshidratación, entre otros – y actualmente, como la población tiene aún mayores expectativas de vida, entonces se concluye que hoy los daños en la piel y sobre todo el envejecimiento, serán mucho más evidentes que en años anteriores.
Así lo indica la doctora Rosa Mary Paredes, profesora auxiliar del programa de geriatría de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) en la publicación “Dermatología geriátrica” de la misma casa de estudios.
La especialista menciona, además, que entre las patologías cutáneas, las más frecuentes tienen relación a factores genéticos, “efecto acumulativo de la radiación ultravioleta, exposición a carcinógenos químicos como el arsénico o derivados del alquitrán, alteraciones producidas por el deterioro de órganos, el aumento de enfermedades crónicas con manifestación cutánea y la exposición prolongada o repetitiva a múltiples fármacos”.
Prinicipales problemas: piel y fanereos
Por otra parte, la doctora Daniela Saavedra, dermatóloga de Clínica Dávila, cuenta que los principales problemas que presenta la persona durante la vida adulta están relacionados con “la piel y los fanereos”, estos últimos conformados por el cutis, mucosas, uñas y cabello.
En ese sentido, añade que “la piel se vuelve más frágil y va perdiendo elasticidad. Además, se torna más seca y con los traumatismos aparecen equimosis (moretones) más fácilmente”.
Otras partes del cuerpo que se ven afectadas por el paso de los años son el pelo y las uñas. En el caso del cabello, la especialista afirma que “tiende a disminuir en cantidad y pierde su color natural” y en el de las uñas, “se ponen frágiles y con estriaciones en la superficie”.
Frente a los cuidados que deben tenerse presentes con respecto a la piel, la doctora Saavedra sentencia que antes que acudir a tratamientos “siempre es mejor prevenir”. Es por eso que manifiesta que desde la niñez se debe alertar entre otras cosas de la exposición solar prolongada, pues provoca daños que van desde el envejecimiento prematuro, hasta la aparición de arrugas profundas y células cancerígenas.
Otros agentes negativos que inciden en el futuro de la salud del cutis son el consumo de tabaco y la falta de hidratación, proceso que en palabras de la dermatóloga, “es conveniente en todas las etapas de la vida”. Para esto, menciona que “las cremas se van adaptando según el tipo de piel que tengamos en un determinado momento”.
Cuidados preventivos
Para la doctora Saavedra es totalmente posible llegar a la tercera edad y mantener una piel sana sin la necesidad de recurrir a la cirugía plástica. Es por eso que refuerza la idea del cuidado prematuro, del consumo de alimentos saludables y el uso de cremas según la edad.
En cuanto a estos productos, comenta que actualmente existen muchos de origen natural que pueden ser de gran ayuda para la piel y cabello de estas personas. Las cremas con retinoides, ácido hialurónico y fitoestrógenos son algunas de ellas.
Por otro lado, afirma que algunos de los cuidados que se deben tomar para procurar llegar a la “edad dorada” con una piel lozana y que refleje más bien la experiencia de los años que el mal cuidado de esta importante parte del cuerpo, son:
– Evitar los baños prolongados y los jabones fuertes. Esto puede favorecer el resecamiento de la piel.
– Hidratar la piel luego del baño – y en general todos los días – con una crema que no provoque alergias o irritación.
– Alimentarse en forma balanceada, beber agua y evitar la exposición solar exagerada.
La edad y las uñas
Tal como se mencionó en un principio, las uñas también sufren cambios con el avance de la edad, volviéndose en algunos casos frágiles y con estriaciones en la superficie y en otros, gruesas y con cambios de coloración.
Sea cual sea la variación en ellas, la profesional dice que lo importante es “descartar que existan infecciones por hongos, las cuales se pueden tratar con medicamentos”. Para fortalecerlas – añade – “existen vitaminas específicas que se deben consumir por un periodo prolongado. También hay esmaltes en base a calcio para ayudar en este proceso”, manifiesta.
Entonces, según lo anteriormente mencionado, es perfectamente posible gozar de una piel sana y bella durante la época de la ancianidad. La idea eso si es preocuparse desde un principio, procurando el cuidado no sólo de la estética del cutis, sino que también de la salud de todo el organismo.