Esta moda está provocando un multitud de perjuicios para la salud bucodental. Según un estudio, el 72% de las personas que lleva piercings en la boca ha sufrido alguna complicación posterior a su colocación. La práctica de piercing en la piel es hoy en día muy frecuente en la población ya sea para estar a la moda, diferenciarse de los demás, identificarse con algún grupo social o étnico, potenciar las sensaciones eróticas o simplemente decorar el cuerpo.
Una de las partes del cuerpo que las personas deciden perforar es la boca.
Los piercing en la boca pueden afectar al sentido del gusto.
Pero las complicaciones que puede ocasionar esta costumbre son numerosas y cada vez más frecuentes.
Según un estudio realizado recientemente en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, el 72% de las personas que lleva piercings en la boca ha sufrido alguna complicación posterior a su colocación.
«La excesiva preocupación en los últimos años por la estética ha hecho que muchos jóvenes lleven en la boca piercings, pero esta moda está provocando multitud de perjuicios para la salud bucodental», aseguró José Andrés Sobrino, Profesor de Odontología de la URJC y uno de los responsables de la investigación.
Aquí se explican cinco de ellas.
1) Dolor e inflamación
Estas son las más frecuentes, según José Andrés Sobrino.
A las 6-8 horas tras una perforación lingual los tejidos circundantes empiezan a inflamarse, incrementándose el proceso durante los 3-4 días siguientes.
Estos efectos pueden prolongarse algunas semanas.
En casos extremos, la lengua gravemente inflamada puede bloquear la vía respiratoria y causar dificultad para respirar.
2) Hemorragia prolongada
Las hemorragias también son una complicación posible durante la perforación, especialmente en un órgano tan vascularizado como la lengua, que contiene la arteria y la vena lingual con sus diferentes ramificaciones.
Si la aguja atraviesa un vaso sanguíneo durante la perforación, puede producir una hemorragia que sea difícil de controlar y causar una pérdida importante de sangre.
3) Recesión gingival
Una de las complicaciones más importantes y frecuentes del piercing oral es la recesión gingival que es la inflamación de las encías.
Las recesiones gingivales causadas por piercings bucales o linguales suelen tener una profundidad de 2 ó 3 mm o pueden incluso alcanzar la unión mucogingival, produciendo una importante pérdida de inserción que puede dar lugar a una movilidad evidente y posterior pérdida de los dientes afectados.
Las lesiones peridontales son las que más preocupan a los odontólogos y se producen en casi la mitad de los portadores de piercing en la boca.
4) Alteración del gusto
La lengua es un órgano inervado que consta de tres tipos de nervios: los que regulan la sensibilidad general, los responsables de las sensaciones gustativas y los motores.
Por eso, al colocar el piercing existe el riesgo de lesionar algún nervio pudiéndose alterar el sentido del gusto o la función motora según cual se afecte.
Este tipo de lesiones son más frecuentes con los piercing dorsolaterales que con los dorsoventrales.
5) Fractura dentaria
Es más frecuente de lo que puede parecer.
El contacto con la joyería bucal puede fracturar los dientes y romper restauraciones, como las coronas o las fundas.
La gente que tiene este tipo de piercing tiende a jugar con él, empujando el tachón de metal contra los dientes, lo que suele ser causa de huecos interdentales y otros problemas.
Nigel Carter, ejecutivo jefe de la Fundación Británica de Salud Dental, dijo: «La tentación de juguetear con el piercing dentro de la boca es muy grande y esto conduce a la necesidad de un tratamiento correctivo que cuesta cientos de dólares.»