Se trata, casi, del alimento perfecto, pues además de sus propiedades anticancerígenas, es una buena fuente de minerales -potasio, magnesio y hierro-, no tiene apenas grasa y sí muchos antioxidantes como el betacaroteno y el selenio. Sus principios activos contienen una alta concentración de fotoquímicos bioactivos que potencian sus propiedades. Recientes estudios científicos han descubierto nuevas propiedades del brócoli.
Sus principios activos contienen una alta concentración de fotoquímicos bioactivos que potencian sus propiedades beneficiosas como antioxidantes, antitumorales y energizantes.
Como alimento el brócoli se está incorporando con fuerza a nuestra dieta y está de moda en la alta gastronomía. El reto ha sido incorporar los beneficios del brócoli a la cosmética.
Gastrocosmética
Primero fue la gastroquímica, después la gastrogenómica (nutricosmética) y ahora llega el concepto de la gastrocosmética, es decir alimentos sanos, ricos y que previenen el envejecimiento celular. Y la estrella es el brócoli.
Se trata, casi, del alimento perfecto, pues además de sus propiedades anticancerígenas, es una buena fuente de minerales -potasio, magnesio y hierro-, no tiene apenas grasa y sí muchos antioxidantes como el betacaroteno y el selenio, explica Juana Olivar, médico del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Infanta Sofía de Madrid.
A la larga lista de componentes beneficiosos que contiene, se suma su «efecto desintoxicante sobre el hígado», algo que los romanos debieron intuir hace siglos, pues usaban esta verdura crucífera para paliar los efectos de las borracheras, comenta la doctora.
Además, los antioxidantes ayudan a mejorar la vitalidad de la piel y combaten los signos de fatiga del cutis.
«Hoy en día una dieta variada proporciona aportes suficientes como para no necesitar un suplemento vitamínico o antioxidante», señala el doctor Juan Sopena, dermatólogo del centro MD Anderson International en España y director del Instituto Madrileño de Dermatología y Estética.
Dieta antioxidante combinada
Y es que el brócoli no está solo en esta cruzada gastronómica en pos de la eterna juventud.
Hay numerosos alimentos que nos protegen contra la radiación solar, que es el principal «enemigo» de la piel: la zanahoria, los tomates, el mango, la calabaza y las verduras de hoja verde.
Mientras, las uvas contienen una importante proporción de resveratrol, uno de los antioxidantes más potentes para prevenir el envejecimiento cutáneo, al igual que los polifenoles del té verde o el ácido elágico de la granada.
De ahí que una infusión de ese tipo y un buena porción de uvas o de granadas sea un desayuno de lo más «gastrocosmético».
Aunque para quienes prefieran el café, la buena noticia es que los granos molidos de esta planta son ricos en ácido ferúlico, otro aliado de una piel radiante, indica el experto.
«Lo ideal es combinar distintos antioxidantes en la dieta, porque unos previenen y otros combaten el daño ya producido», como el atún, el salmón o la caballa, cuyos ácidos grasos ayudan a reparar los estragos del exceso de sol en la piel, apunta Sopena.