La luz del sol estimula la transformación de provitamina D a vitamina D en la piel. 10 minutos al día, tres o cuatro veces a la semana de exposición solar garantiza niveles adecuados de vitamina D para el buen funcionamiento del organismo, ya que participa en procesos tan importantes como la absorción y el mantenimiento de los niveles de calcio. La vitamina D y las radiaciones ultravioletas
La vitamina D tiene un papel esencial para el buen funcionamiento del organismo, ya que participa en procesos tan importantes como la absorción y el mantenimiento de los niveles de calcio, fundamental para mantener el funcionamiento del sistema nervioso y la estructura adecuada de los huesos y de los dientes.
La luz del sol estimula la transformación de provitamina D a vitamina D en la piel.
La vitamina D se forma a partir de dos provitaminas: la D3 (7-deshidrocolesterol), de origen animal, y la D2 (ergosterol), de origen vegetal.
Las radiaciones ultravioletas de la luz del sol que recibimos en la piel, transforman estas provitaminas en colecalciferol (vitamina D3) y ergocalciferol (vitamina D2). Estas, a su vez, se transforman en el hígado a 25-hidroxicolecalciferol (o calcidiol) y, posteriormente, en el riñón se transforma a 1-25 dihidroxicolecalciferol (o calcitriol), que es el producto más activo de la vitamina D para facilitar la absorción intestinal de calcio y fósforo y la reabsorción ósea.
La exposición al sol de unos 10 minutos tres o cuatro días a la semana garantiza unos niveles adecuados de esta vitamina en el organismo.
La vitamina D producida en la piel se almacena en el tejido adiposo y el músculo a partir de donde se utiliza.
Alimentación y Vitamina D
Otra parte de la vitamina D procede de los alimentos.
Son ricos en vitamina D el pescado azul, aceite de hígado de pescado, la margarina, yema de huevo, leche y productos lácteos.
La cantidad diaria recomendada de vitamina D es de 5 µg/dia (400 U/día) . Esta cantidad asegura el adecuado desarrollo óseo en niños y adolescentes.
En los adultos de más de 50 años es recomendable aumentar su ingesta hasta 10-15 µg/dia.
No se deben superar los 25 µg/día en los niños ni 50 µg/día en los adultos.
Déficit de vitamina D
En casos patológicos. la causa de la deficiencia de vitamina D puede ser la mala absorción, diarreas, algunas enfermedades hepáticas y renales o el consumo de algunos fármacos, entre ellos difenilhidantoína y barbitúricos.
La deficiencia de vitamina D en el organismo provoca una disminución en la absorción de calcio por el intestino que produce unos niveles de calcio en sangre disminuidos. Como consecuencia de ello, la glándula paratiroides aumenta la producción de hormona paratiroidea (PTH).
Esta hormona actúa sobre el hueso liberando sales de calcio y fósforo del mismo (con el riesgo de desmineralización) y sobre el riñón, estimulando la pérdida de fósforo a través de la orina.
Esta serie de efectos tienen el objetivo de intentar normalizar los niveles de calcio en la sangre ya que, como se mencionó al principio, este catión es imprescindible para el funcionamiento correcto de muchas funciones del organismo.
Es especialmente importante evitar deficiencia de calcio en los niños y en las personas mayores. Por ello, en los primeros es importante que una alimentación equilibrada y exposición frecuente al sol.
En las personas mayores es más frecuente la deficiencia de vitamina D que en los adultos jóvenes, y suele ser debido a una alimentación inadecuada, disminución de la absorción intestinal de vitamina D y de la activación renal de la provitamina, junto con una reducida exposición al sol que es muy frecuente.