La cosmetogenómica es la aplicación de los conocimientos de nuestro genoma al desarrollo de cosméticos y, al mismo tiempo, la interpretación de los efectos cosméticos (que tocan la piel, son tópicos) en el funcionamiento o modificación de nuestros genes o genoma, para contrarrestar la aparición de un elemento externo a la piel. No hay duda que la cosmética es una ciencia muy dinámica y fruto de innumerables esfuerzos para desarrollar nuevos conceptos, cada vez más seguros y eficaces.
Tal es así, que tenemos los ejemplos de la aparición de los dermocosméticos, los nutricosméticos, la cosmética “gourmet”, la cosmética ecológica o “verde”, la biotecnología, la nanocosmética, la neurocosmética, el empleo de las Células Madre de origen vegetal y animal, del plasma rico en plaquetas (PRP) en sinergia con la Medicina Estética.
Existe, hoy, un interesante nuevo enfoque de la cosmética: la cosmetogenómica o la ciencia de los genes.
Objetivo
Disociar lo más posible la edad cronológica de la piel de la edad biológica.
Se ha demostrado que cualquier agente externo que entre en contacto con nuestra piel produce cambios en la conformación de nuestro genoma nuclear.
Es decir, definitivamente se altera la actividad de algunos genes que lo componen para adaptarse, rápidamente, a lo que se considera una verdadera situación o “agresión anormal”, como por ejemplo una presión ejercida sobre la piel, traumatismos, rayos solares, incluso hasta rascarse o cualquier cambio ambiental, para poder realizar su función protectora y mantener y/o restablecer el equilibrio homeostático.
Los productos cosméticos también tocan la piel, por lo que se considera una “agresión” y una situación distinta de la que había antes de su aplicación cutánea.
Genómicamente hablando, por lo tanto, deben ocurrir, según este razonamiento, cambios en nuestro genoma.
La cosmetogenómica será, entonces, la interrelación entre los conocimientos y los métodos de estudio de la genómica. Es decir, desde el funcionamiento de los genes mediante la ingeniería genética y del estudio de las diversas alteraciones génicas que presentan los genes que conforman nuestro genoma al contactar la piel los cosméticos.
Dicho de otra manera, la cosmetogenómica es la aplicación de los conocimientos de nuestro genoma al desarrollo de cosméticos y, al mismo tiempo, la interpretación de los efectos cosméticos (que tocan la piel, son tópicos) en el funcionamiento o modificación de nuestros genes o genoma, para contrarrestar la aparición de un elemento externo a la piel.
Siguiendo con este razonamiento, ante cualquier contacto con la piel (incluido los cosméticos) se desencadenará una respuesta genética y celular específica, la cual se generará según los procesos establecidos:
a) recepción del estímulo por parte de los receptores celulares;
b) transducción de la señal hacia el interior de la célula mediante cambios moleculares;
c) recepción por parte de las secuencias reguladoras del ADN;
d) activación y/o represión y/o modificación de la expresión o composición de determinados genes, para hacer frente a esta nueva situación.
Por lo tanto, si los cosméticos influyen en la expresión o modificación de los genes, el conocimiento de los programas génicos y de las respuestas concretas de cada variante génica va a permitir llevar la genética al campo de la cosmética personalizada.
Es decir, analizando las variantes génicas de cada persona que intervienen en su piel, de acuerdo a su biotipo, se podrá formular en forma mucho más eficiente el cosmético que, por sus características, se adapte mejor a las necesidades de su piel. Por ejemplo, resistir el daño producido por los radicales libres y llegar al estrés oxidativo, agresiones ambientales, la irritación e inflamación, los rayos solares, especialmente, los UV, etc., lo que aumentará, indudablemente, su biodisponibilidad y eficacia.
El conocimiento de estos efectos cosméticos y la modulación correspondiente del genoma contribuirá decididamente al diseño e investigación de cosméticos más específicos y mejor adaptados a cada biotipo de piel, en función de sus variables y especificaciones genéticas o del genoma.
Es decir, llevar la genética al campo de la cosmética “personalizada”, que es el sueño que todos los formuladores tenemos.
Resumiendo
En resumen, el conocimiento cada vez más preciso que se tiene del genoma humano permite otra aproximación cosmetogenómica, la búsqueda dirigida de genes sobre los que los productos cosméticos pueden actuar y esto ya ha sido desarrollado por importantes laboratorios europeos como Bruno Vassari, con “Aqua Genomics”, y Sothys, con “Hydroadvance Programa Generador”, un antienvejecimiento de Lancôme, etc.
Incluso, es tal el amplio futuro que nos espera la cosmetogenómica, que el conocimiento del genoma de otros organismos, también, nos proporciona nuevas herramientas cosméticas. Por ejemplo: algunas cianobacterias (que son capaces de aprovechar la luz solar para obtener energía) contienen en su genoma un grupo de genes que codifican un protector solar natural, que podría añadirse a los protectores cosméticos normales, potenciando, decididamente, su acción.
En definitiva: la cosmetogenómica constituye una nueva herramienta para proporcionar una nueva generación de cosméticos cada vez más específicos y efectivos.
Drqf. Manuel Fontboté
Consultor y Asesor en Ciencias Cosméticas (Chile)