La epidermis es un tejido mutante, en el que se produce la neoformación permanente y regulada de queratinocitos (zona de proliferación) y una eliminación de los mismos (zona funcional, capa córnea). La dinámica de la epidermopoyesis se regula de modo funcional. Cada día se producen unas 1.200 células nuevas por milímetro cuadrado.
La epidermis es un tejido mutante, en el que se produce la neoformación permanente y regulada de queratinocitos (zona de proliferación) y una eliminación de los mismos (zona funcional, capa córnea). La dinámica de la epidermopoyesis se regula de modo funcional.
La zona de proliferación (células basales y suprabasales) es un depósito de células proliferativas (células madre y células más proliferativas) que, probablemente, se organizan en unidades funcionales (unidad proliferativa epidérmica).
Normalmente, sólo una parte de las células son realmente proliferativas (aproximadamente el 60%), mientras que las restantes tienen una función de reserva (activación para la curación de las heridas o en las enfermedades cutáneas proliferativas).
Cada día se producen unas 1.200 células nuevas por milímetro cuadrado.
Las células posmitóticas diferenciadas migran hacia la superficie cutánea. El tiempo de tránsito, desde la formación hasta su eliminación, es de unas 4 semanas (estrato espinoso y granuloso: unas 2 semanas, y estrato córneo, otras 2 semanas).
La cinética de proliferación es regulada por factores de crecimiento con actividad estimulante FGF?a) o inhibidora FGF?b) del mismo.
Los factores reguladores del crecimiento derivan en parte de las propias células epidérmicas (liberación cuando se producen lesiones) y en parte de las células dérmicas.
A pesar del constante flujo de células en la superficie epidérmica, ésta debe ser estable y estar fija a la dermis, algo que se consigue mediante los desmosomas y los hemidesmosomas
Como los desmosomas constituyen una unión sólo temporal, se asegura al tiempo la estabilidad y la dinámica de los queratinocitos.
En los cortes histológicos los desmosomas se ven como puentes («estrato espinoso»).