Desde la antigüedad hasta nuestros días, su uso principal es el de un baño cotidiano y terapéutico. Su práctica sobrevive en la actualidad gracias a la tradición de las distintas comunidades autóctonas. Su aplicación se ha sofisticado en la medida que se practica en «toritos» de cemento o barro, regularmente pequeños y para un grupo reducido de personas. Propio de las culturas prehispánicas de América del Norte, México y Centroamérica, el temazcal es un baño de vapor. El término refiere tanto al espacio físico como al ritual que en el se lleva a cabo.
El termino temazcal proviene del náhuatl temazcalli («casa / templo de vapor»), de temaz («vapor») y calli («casa de enseñanza / de sabiduría / de conocimiento»).
La ceremonia se realiza dentro de diversas estructuras, que van desde las más antiguas casas hechas de ramas, piedras y barro en formas de cúpula o cilíndrica horizontal de pequeña dimensión, comúnmente llamadas «toritos», hasta más modernas edificaciones de piedra y ladrillo.
Las personas que se bañarán en el temazcal deberán entrar preferentemente desnudos y de espaldas para que la cabeza no sea la primera parte del cuerpo en entrar en contacto con el calor del interior. También mojar la cabeza con agua fresca para evitar mareos durante el baño y jaquecas después.
Una vez adentro, el guía, sudador o temazcalero vierte agua o una infusión de plantas medicinales sobre las piedras calientes, lo que causa el efecto terapéutico, tanto físico como emocional. Esta acción, conocida como el «tlasas», rememora los tejidos en el estadio embrionario dentro del vientre materno.
El vapor es manejado y dirigido por el guía con un ramo frondoso de plantas o ramas tiernas de árbol con las que abanica con movimientos suaves pero enérgicos.
El baño de temazcal
El baño de temazcal está compuesto por las siguientes partes:
– Estructura general: puede ser esférica (probablemente la más antigua) o cuadrada.
– La puerta de entrada al baño.
– El tlexictle o el fogón: situado en el exterior, calienta una pequeña pared del temazcal hecha con piedras volcánicas. A esta pared se le echa el agua en la acción llamada «tlasas». Las piedras son calentadas por leños. Una vez lograda la temperatura deseada en el interior del temazcal (lo ideal es que provoque el sudor en menos de un minuto de que el bañista ha entrado) se procede a barrer cuidadosamente el interior y a retirar los leños del tlexictle para evitar que haya humo dentro del recinto.
– El techo: suele tener escoriaciones de tizne llamadas «cuixtle». Tiene una altura de aproximadamente un metro y medio.
– El piso: anteriormente hecho de piedra y ahora de cemento alisado.
– Un fogón donde se caliente el agua que se utilizará para remover el sudor.
Pasos del temazcal
El procedimiento del baño de temazcal lleva los siguientes pasos:
1) Calentamiento del baño. Toma un tiempo de entre media y dos horas.
2) Ingreso de los participantes. Pueden ser tantos como lo permita el espacio del temazcal.
3) El tlasas. Una vez que los participantes se han acostado en el piso del aposento, un encargado, con una bandeja, arroja agua con fuerza a las piedras del tlexictle a fin de provocar el sudor inmediato. El participante debe estar acostado, no sentado ni de pie, pues se corre riesgos de mareos e, incluso, vómitos.
4) El tlaxihuis. Aquí los participantes bajan el vapor colocado en la parte superior del recinto hacia sus cuerpos. Y, utilizando las mismas ramas, se les dan masajes.
5) El tallado. Se procede al tallado corporal con una piedra pequeña y lisa de río.
6) El enjuague. Inmediatamente después se introducen baldes para lavar con jabón y zacate la cabeza y el cuerpo. Se usa agua fría para la cabeza y caliente para el cuerpo, evitando, así, cualquier efecto contraproducente del temazcal como mareo, vómito, dolor en los huesos, refriados o hipertensión. En el transcurso del baño el agua es hervida en un fogón colocado a un costado del temazcal. Si el uso es terapéutico, se le agregan distintas hierbas del tipo medicinal empleadas para las tlasas, el enjuague y para ser servidas como un té al final del baño.
7) Reposo. El bañista es sacado del temazcal muy bien abrigado con una manta a fin de que el baño no sea dañino. Así es llevado a una habitación contigua para que se acueste y descanse durante un rato prolongado.
Riesgos, precauciones y contraindicaciones
Si bien es cierto que un temazcal bien preparado tiene valor terapéutico, las altas temperaturas pueden causar problemas del corazón o de las vías respiratorias. Por lo tanto, los menores de edad, participantes primerizos o mujeres embarazadas, usan el temazcal a temperaturas menores a las habituales de un temazcal tradicional.
No es indicado bañarse a temperaturas elevadas a menos que se goce de una buena salud y se esté acostumbrado al baño del temazcal. Tampoco, entrar con ningún tipo de vestimenta pues esto puede provocar dolor de huesos, encefálico y muscular después del baño por el contacto prolongado de la tela humedecida con el cuerpo.
Un mal uso del baño puede producir efectos negativos como mareo, vómito, deshidratación, dolores de cabeza, insomnio, dolor de huesos e infecciones del tipo gripal. También es contraindicado en mujeres en su periodo menstrual por motivos de higiene.
Es indispensable una buena comunicación entre los participantes y quienes han preparado el temazcal a fin de prevenir dos riesgos fundamentales. Uno, la temperatura demasiado elevada para la resistencia de los participantes. Y, el otro, la presencia de leños ardiendo en el Tlexictle que pueden provocar la saturación de anhídrido carbónico en el interior del temazcal.
Si bien el temazcal debe tener una temperatura definida, incluso a temperaturas bajas hay riesgos para la salud que no pueden suprimirse, no solo físicos sino psicológicos (brotes psicóticos ocasionales).
Debe considerarse que muchas personas no saben que tienen diabetes o hipertensión, por lo que los riesgos no deben ignorarse.
Breve historia del temazcal
Aunque los baños de vapor han sido usados por muchas culturas en diversas partes del mundo, el temazcal ha tenido una importancia especial en las culturas nativas de América, tanto porque forma parte como el baño cotidiano como por motivos rituales o como herramienta de sanación holística.
Se pueden encontrar vestigios de temazcaltin en numerosas zonas arqueológicas de Mesoamérica y Centro América. Se estima que las edificaciones ancestrales de los temazcaltin (plural de temazcal en lengua nahuatl) de Tikal tienen alrrededor de 1.200 años.
A la llegada de los españoles, el uso del temazcal era generalizado como baño cotidiano y como un medio terapéutico. Durante la época colonial su uso fue paulatinamente prohibido, ya que a los españoles les horrorizaba el hecho de que varios hombres y mujeres compartieran la misma habitación estando casi desnudos.
El temazcalli representa el vientre de una madre, por lo que era vinculado con la diosa Toci. Para la tradición autóctona, su propósito cotidiano es el de un baño. De ahí que esté vinculado a la idea de «purificación». Es decir: si el cuerpo está limpio, el pensamiento igual.
Como el interior del temazcal es oscuro, similar a una cueva, los pueblos mesoamericanos lo vinculaban con el concepto «Tezcatlipoca», relacionado con el humo que sale de las brasas con que se calientan las piedras.
Desde la antigüedad hasta nuestros días, su uso principal es el de un baño cotidiano y terapéutico. Su práctica sobrevive en la actualidad gracias a la tradición de las distintas comunidades autóctonas. Su aplicación se ha sofisticado en la medida que se practica en «toritos» de cemento o barro, regularmente pequeños y para un grupo reducido de personas. En los casos de grupos que buscan experiencias espirituales, se incorporan elementos de baños propios de las comunidades nómadas de Aridoamérica.