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Qué es y cómo funciona el pH

Además de grasa, la piel contiene agua. Y no tiene un valor neutro, sino que es ligeramente ácida. Utilizar productos cosméticos con valores diferentes provoca alteraciones en su sistema defensivo y en los mantos que la nutren, hidratan y protegen del medio exterior.
La sigla pH proviene del término latino «potentia hydrogenii«, que significa potencial de hidrógeno, y es utilizado como medida para conocer el nivel ácido o alcalino de cualquier elemento que contenga agua.

Los instrumentos que lo miden dan valores que oscilan entre 0 y 14, denominándose ácidos a los que están entre 0 y 7 (que es el punto neutro) y alcalinos a los de la franja entre 7 y 14.

Aparece asociado a shampoos, cremas, geles y todo tipo de productos para la piel o el cabello, que lo incluyen como información, promoción y, también, como un beneficio adicional.

Pero, ¿qué es y cómo funciona el pH?

Un pantallazo sobre el tema ayudará a despejar y aclarar las dudas. Sobre todo las que pueden surgir al momento de tener que elegir el producto cosmético o de higiene personal más eficaz y adecuado a las necesidades fisiologicas propias de cada persona.

Piel: cremas, geles y jabones

pH

La piel del ser humano contiene agua además de grasa, y no tiene una medida neutra, sino que es ligeramente ácida, un pH 5.5, ya que contiene sustancias con estas características que actúan como defensa frente a organismos tóxicos.

Para mantener la piel sana lo recomendado es mantener el pH propio cerca de los 5.5, hasta un límite de 5.9. Esto se puede lograr con geles o cremas que contengan esa medida.

Al utilizarse productos de higiene personal con valores diferentes, como los alcalinos, pueden incrementar los niveles de pH de 8 a 12, resecando la piel, o pueden producir el efecto contrario si son muy ácidos.

Es por eso que cuando el valor del pH está por encima o debajo del rango permitido, se producen disfunciones del sistema defensivo de la piel, dando lugar al acné, dermatitis seborreica o infecciones.

pH

Cabe destacar que en las cavidades fisiológicas como las axilas o el área genital el valor pH es de aproximadamente 6.5, y que para contrarrestar las sustancias alcalinas, la piel tiene un manto ácido protector que neutraliza el pH.

Pero si se utilizan en forma cotidiana jabones y geles, que en su mayoría tienen un pH alcalino o neutro, se destruye esa barrera ácida que protege de gérmenes y contaminación.

Además, puede verse alterado el manto graso, que nutre, hidrata y protege contra el medio exterior.

Cabellos y productos

El cabello tiene una composición química natural que también puede ser medida por su grado de acidez o alcalinidad, en una escala que va de 0 a 14, contando como valor neutro el 7.

Existen distintos factores que pueden alterar su estado, como ser el sol, el polvo o la contaminación ambiental. Pero también determinados tipos de productos específicos como tinturas, permanentes y alisados.

pH

Al teñirse el cabello se utilizan productos alcalinos que abren las células planas de la cutícula para lograr una mejor penetración.

Luego se aplican productos ácidos que cierran las cutículas para conservar los efectos durante más tiempo.

El líquido de permanente actúa de una forma similar, ya que tiene un pH de entre 8.5 y 10 que se contrarresta con un neutralizador de 3 a 4; para finalizar, luego, con un champu de pH 5.5.

Belleza y salud

pH

Así, entonces, el conocimiento del pH resulta esencial para el cuidado de la piel y el cabello. Y no se trata solamente de una cuestión de belleza, sino que está relacionada directamente con la salud.

Por ello, antes de comprar productos cosméticos y de higiene personal, siempre es aconsejable consultar con un profesional especializado en el tema, que sabrá informar e indicar cuales son los más adecuados de acuerdo a las características fisiológicas personales.

Se debe tener en cuenta que el contar con un diagnóstico preciso y a tiempo no sólo es importante y conveniente para elegir productos, sino también para poder elaborar y desarrollar un tratamiento que permita solucionar desequilibrios, evitar correr riesgos innecesarios y prevenir problemas mayores.