El láser fragmenta el pigmento en micropartículas que luego son eliminadas del organismo a través de unas células llamadas macrófagos que los recogen y los expulsan a través del drenaje linfático. Suelen ser necesarias entre 6 y 12 sesiones. Por lindo que pueda quedar un tatuaje en alguna zona del cuerpo, hay momentos y circunstancias (salud, embarazo o simplemente por motivos estéticos) en que puede presentarse la necesidad de eliminarlo.
Para ello existen varios métodos bastante eficaces.
Uno de ellos es por medio de la utilización del láser, que ataca directamente a las partículas de tinta sin afectar el resto del tejido circundante.
El láser fragmenta el pigmento en micropartículas que luego son eliminadas del organismo a través de unas células llamadas macrófagos que los recogen y los expulsan a través del
drenaje linfático.Mediante pulsos de luz (10 por segundo) se va eliminando el pigmento y finalizada la sesión se aplica una pomada antibiótica para evitar infecciones.
Suelen ser necesarias entre 6 y 12 sesiones, dependiendo de la extensión del tatuaje y del color del pigmento aplicado.
Este tratamiento requiere el uso de crema anestésica, similar a la usada en la depilación láser, ya que de no aplicarse podría producir molestias.